Los laboratorios tienen un papel predominante en nuestra sociedad. Son la base de la ciencia y la investigación. Sin estos espacios y sus profesionales cualificados sería imposible detectar nuevas enfermedades y desarrollar vacunas y nuevos tratamientos. Los laboratorios son la piedra angular de la ciencia y de nuestros sistemas sanitarios.
Para que los laboratorios funcionen adecuadamente deben contar con un equipamiento adecuado y de alta calidad, así como todos los materiales necesarios que se emplean de forma diaria para los análisis y pruebas de diversa índole. “Sin estos materiales la vida en un laboratorio sería mucho más complicada y los riesgos de accidente terminarían por aumentar”, apuntan desde Sumanlab, fabricantes y distribuidores de mobiliario técnico y material de laboratorio.
El equipamiento general de los laboratorios debe ser revisados al menos de manera anual para comprobar que siguen funcionando adecuadamente y que no supongan ningún peligro para los científicos ni que intercedan en los resultados de las distintas pruebas.
Más importante aún si cabe es el material de laboratorio que se emplea de manera diaria. Éste debe ser de alta calidad y debe ser renovado cada vez que detectamos alguna anomalía, fisura o decoloración de estos. Entre el material que debe ser renovado con más frecuencia que una máquina encontramos vasos, matraces y otros recipientes, lancetas de sangre, tubos, micropipetas o placas de cera por mencionar algunos de estos materiales de laboratorio.
Estos materiales de laboratorio “tiene que estar adaptado a las actividades que se van a realizar y fabricados en materiales tan resistentes como sencillos de limpiar. Por ejemplo, es indispensable que sean inertes, ya que podrían reaccionar de forma inesperada con determinadas sustancias. El vidrio es uno de los más utilizados, pero el metal y el plástico también están presentes. Gracias a ellos los técnicos no se exponen directamente a las sustancias manipuladas, se reducen las probabilidades de contaminar muestras o se facilita su uso”, destacan en Sumanlab.
El material de laboratorio es además delicado y frágil. Debe ser manipulado con sumo cuidado por los científicos, aunque en ocasiones se puede sufrir algún accidente como la caída o golpe de algunos de los objetos. Si esto sucede, lo mejor es desechar dicho material, para evitar cualquier tipo de alteración o anomalía del objetivo que pueda alterar futuras pruebas.
De manera general, estos materiales de laboratorios, y el instrumental diverso utilizado, sufren también el paso del tiempo, debido a las muchas pruebas y sustancias a las que se le someten de manera continua. Por ejemplo, la esterilización de un determinado recipiente durante cientos de veces acaba por desgastar el vidrio haciéndolo más frágil.
Por todo ello, es necesario hacer siempre una revisión tanto del equipamiento como del material empleado en el laboratorio. Todo ello con el objetivo de que nuestras pruebas y análisis no sufran alteración alguna, además de prevenir cualquier tipo de accidente biológico que pueda afectarnos a nuestra salud.