La hidrocefalia es una patología generalmente de carácter congénito y que se origina en el bloqueo del paso del líquido cefalorraquídeo desde los ventrículos cerebrales hacia las meninges.
La obturación de este paso origina un aumento en el tamaño de los ventrículos, y entre otros síntomas, se encuentra el crecimiento de la cabeza, produciendo lesiones, muchas veces de carácter irreparable, en el cortex del cerebro, que queda, salvando la comparación, como un globo.
En muchas ocasiones esta enfermedad es irrecuperable, y deja al enfermo con grandes insuficiencias físicas y mentales. En general estos individuos carecen de posibilidades para formar una voluntad propia, aunque no siempre está todo perdido y se puede tratar. Uno de los especialistas en tratar la hidrocefalia es el neurocirujano en Coruña Pablo Somoza.
Cómo detectar la hidrocefalia y tratarla
Un caso de hidrocefalia se detecta bien durante el embarazo al feto o durante la edad adulta, donde se realiza un estudio de la sintomatología del paciente y lo que causa el problema. Generalmente suele ser necesario la realización de estudios radiológicos (Resonancia o TAC) y adicionalmente puede ser necesario el uso de otros métodos complementarios de diagnóstico, como estudios neurofisiológicos, punción lumbar, estudios de angiografía cerebral, entre otros.
El tratamiento de la hidrocefalia pasa generalmente por un procedimiento quirúrgico, a través de una derivación ventrículoperitoneal o a través de abordaje neuroendoscópico. Como señala el Dr. Somoza en su web “la duración de una intervención quirúrgica craneal suele ser variable en función del tipo de cirugía (tumoral, vascular, traumatismo craneal, derivativa de LCR…), localización de la lesión, extensión de esta, etc. Normalmente en 48h el paciente está deambulando y probablemente pueda obtener el alta entre 5-7 días posteriormente”.
Dependiendo de la naturaleza de la lesión, es posible que pueda necesitar tratamiento complementario que exija la participación de otras especialidades (oncología, radioterapia, …). Por regla general, el pronóstico dependerá mayormente de la causa que motivó su cirugía. Puede ser necesario tratamiento médico posterior, así como control radiológico. En algunos casos puede ser necesario el tratamiento rehabilitador.
La hidrocefalia congénita ligada al cromosoma X es el tipo más frecuente entre las que son congénitas. Esta enfermedad se caracteriza por el cúmulo de líquido en los ventrículos cerebrales que provoca serias deficiencias neurológicas y, frecuentemente, la muerte.
Hasta hace poco, la única forma de diagnóstico precoz de una hidrocefalia pasaba por la realización de ecografías, pero no antes de las 16 semanas de embarazo, sin que por ello, además, se pudiera distinguir entre los diferentes tipos de esta enfermedad.
Esta lesión, que va empeorando en el transcurso de la gestación, puede dar lugar a consecuencias irreversibles para el niño. La hipotética solución consistiría en descomprimir el cerebro, para lo cual se han sugerido diversas técnicas. Entre ellas, la aspiración repetida por punción de los ventrículos cerebrales y la colocación de catéteres de cortocircuito entre los ventrículos y la cavidad amniótica. La experiencia obtenida hasta hoy en fetos humanos no es excesivamente positiva pues son pocos los niños que tienen un desarrollo neurológico normal.
En la actualidad, varios miembros de un hospital de Cambridge (Gran Bretaña) han averiguado que esta enfermedad se debe a una alteración del gen que codifica la molécula de adhesión celular L1, proteína especial que se encuentra en el sistema nervioso. Esto permite realizar, mediante una biopsia coriónica, un diagnóstico precoz a las diez semanas de embarazo.