La suplantación de identidad o la publicidad dañina o engañosa son algunos de los problemas a los que se enfrentan aquellos que utilizan las redes sociales. En todo el mundo, son un total de 3.196 millones de personas (un 42%) quienes se enfrentarían a estos problemas, según recoge la Capacidad de Respuesta a incidentes de Seguridad de la Información del Centro Criptológico Nacional (CCN-CERT).
El CCN-CERT, adscrito al Centro Nacional de Inteligencia (CNI), defiende que un uso inteligente de las redes sociales no difiere del uso responsable que cualquier persona adoptaría en el espacio físico.
Por un lado, explica que los usuarios bienintencionados acceden a las redes sociales para mantenerse en contacto con sus familiares y amigos o para ver contenido de su interés. Sin embargo, en ellas también hay usuarios malintencionados, que emplean las redes sociales como puerta de entrada para realizar ciberataques y comprometer la seguridad de los demás.
La ingeniería social, el robo o la suplantación de identidad, el ciberacoso, el daño a la reputación, la publicidad dirigida son algunos de los riesgos a los que se enfrentan los usuarios de redes sociales. Además, la información que se comparte puede dar lugar a amenazadas en el mundo real, como robos o acoso.
En este sentido, el informe alerta a los usuarios de que la cantidad de detalles personales disponibles en el ciberespacio incrementa el riesgo de que sean utilizados maliciosamente, y ofrece una serie de consejos para hacer un uso seguro y responsable de estas herramientas de comunicación.
Prestar atención a la información que se comparte en redes sociales
Desde CCN-CERT explican que el perfil de usuario, un “sitio permanente encabezado por fotografías, datos personales e información sobre estudios, profesión, gustos, intereses, amigos y familia”, aporta “mucha más información de la persona que su DNI o pasaporte”.
Los perfiles suelen estar a la vista de todo el mundo, por lo que es “clave” revisar la información que se comparte en ellos, ya que serán “la carta de presentación” de la identidad del usuario en Internet.
Además de la información que se comparte en el perfil, el usuario deber “reflexionar” sobre los contenidos que publica en las redes sociales. Estos contenidos están a la vista de otras personas, que los ven y los analizan y emiten juicios. “Si se quiere un juicio justo, se han de controlar los propios contenidos”, recomiendan desde CCN-CERT.
Hay una serie de contenidos sensibles que no se deben compartir, como documentos identificativos, números de teléfono, direcciones postales, localizaciones exactas, identificadores de vehículos. Estos contenidos, propios o sobre otras personas, aumentan las probabilidades de que alguien sea víctima de robo de identidad, de ciberacoso u otra conducta ilícita que utilice esa propia información para perjudicar al usuario.
Tampoco se puede difundir información privada sobre otras personas sin consentimiento, ni etiquetar con su nombre a aquellas personas que no tienen perfil en la red social sin su permiso.
En relación con la seguridad en Internet, este próximo otoño el INCIBE pondrá en marcha en la cuarta edición de las Olimpiadas de Ciberseguridad para centros educativos (CyberOlympics), donde se pondrá a prueba las habilidades técnicas del alumnado en distintos campos de la seguridad en Internet y en las nuevas tecnologías