Un plan de pensiones es un producto de ahorro e inversión a muy largo plazo, y en que el partícipe debe saber con claridad que se trata de una inversión destinada hasta la edad de la jubilación. Además, es importante conocer los distintos planes de pensiones que ofrecen las distintas entidades financieras, ya que hay planes de pensiones más rentables que otros.
El rápido envejecimiento de la población de los países desarrollados está provocando que el número de pensionistas aumente en mayor medida que el de cotizantes, poniendo en entredicho el futuro del modelo actual de reparto de la Seguridad Social. Por ello, la sociedad busca sistemas adicionales que aseguren su futuro: los planes de pensiones.
Así, y hasta no hace demasiado tiempo, contratar un plan de pensiones era sinónimo de superar los 50 años. Se encontraba en este producto financiero una fórmula segura para completar la pensión recibida por la jubilación, así como una buena forma de conseguir un importante ahorro fiscal.
Actualmente, la situación está cambiando y cada vez más, se recomienda contratar planes de pensiones a edades más tempranas. Así, las aportaciones realizadas pueden capitalizarse durante mucho tiempo, facilitando así el máximo cumplimiento de este objetivo. Poco a poco, los planes de pensiones se han modernizado y a la anticuada oferta, basada en inversión segura sobre productos de renta fija, se han unido los que invierten en renta mixta – entre fija y variable- y más tarde, sólo en renta variable.
Un plan de pensiones es un instrumento de ahorro a largo plazo, cuyo principal objetivo es completar la pensión de jubilación percibida por la seguridad social. El principal atractivo que comportan hoy son las importantes ventajas fiscales que pueden llegar a ofrecer: desgravación en la base del IRPF en el momento de la aportación y otra en el momento del cobro, que se modifican desde 2007.
Pero más allá de las características del plan de pensiones, conviene pensar también en la situación personal de cada uno. Además, y según los expertos, la edad del inversor determinará el tipo de plan de pensiones elegido. Por ejemplo, el plan de pensiones de renta variable pura es la recomendada para los inversores más jóvenes, ya que les queda mucho tiempo hasta llegar a la jubilación y ofrece mejores rentabilidades a largo plazo que los que únicamente invierten en renta fija.
Por el contrario, los de renta fija se aconsejan para las personas entre los 60 y 65 años y los de renta fija mixta están pensados para inversores de entre 55 y 60 años. La cuota invertida puede ser mensual, trimestral, semestral o anual. Si hacemos aportaciones únicas, los ingresos desgravables tienen un límite anual de 8.000 euros
Ventajas e inconvenientes de un plan de pensiones
Una cuestión importante que hay que tener en cuenta es que con un plan de pensiones lograremos grandes beneficios fiscales, ya que las cantidades aportadas a un plan de pensiones reducen la base imponible del IRPF y están exentos de tributación a la declaración de patrimonio.
Pero también debemos saber que no podremos recuperar el dinero hasta nuestra jubilación, salvo excepciones muy concretas; por tanto, no es recomendable si no contamos con una cierta liquidez económica o si no somos capaces de ahorrar. Además, como en toda inversión, existe un cierto tipo de riesgo ligado a la evolución de los mercados.