Los avances tecnológicos han permitido una franca disminución de las necesidades de mantenimiento de los automóviles que se comercializan actualmente. A pesar de todo, todavía se deben respetar determinadas exigencias de revisión para conservar una buena salud mecánica en los coches, especialmente durante los meses del verano, en los que los índices de averías sufren una escalada considerable respecto al resto del año.
Sin embargo, en ocasiones y a pesar de la revisión anual que le podamos hacer a nuestro vehículo, es inevitable sufrir la rotura o el fallo de alguna pieza mecánica o electrónica de nuestro vehículo. El resultado de esto será una más que posible visita al taller, aunque en determinadas ocasiones y dependiendo de si la pieza a sustituir puede ser cambiada por una que haya sido localizada en desguaces, la factura de la reparación puede ser más elevada de lo esperado.
Ante esta situación, es importante saber qué recambios no deberemos pedir nunca a un desguace para su sustitución, por mucho que hayamos podido encontrarlos de segunda mano en Internet y en qué tipo piezas podremos siempre recurrir al ahorro que supone comprarlas en el desguace.
Piezas de desguace que sí puedes comprar
Hay una larga lista de piezas de vehículo que sí podremos buscar en el desguace. De hecho, si queremos ahorrar algo de dinero en la reparación, se recomienda buscarlas usadas ya que además de encontrarlas más baratas que nuevas, tampoco pondremos en riesgo nuestra seguridad.
- Carrocería e interior. Los recambios pertenecientes a la carrocería del vehículo son los que con mayor frecuencia se buscan en los desguaces. También otros elementos estéticos del interior como salpicaderos, asientos o moquetas son una buena opción para mirar en el desguace.
- Lunas y lunetas. Si en tu póliza de seguros no cuentas con cobertura de lunas, debes saber que son un elemento realmente caro de sustituir, por lo que puede ser una buena idea optar por adquirir la luna necesaria para coche en un desguace. Por supuesto, habrá que valorar el estado de dicha luna, pero por lo general suelen servir sin mayores problemas.
- Retrovisores y luces. Pese a que son elementos importantes que sirven para mejorar la seguridad, no son tan determinantes como para poner en riesgo nuestra vida. Los faros y luces del coche algunos de los elementos a los que los propietarios de vehículos recurren mayormente al desguace para su situación.
Siempre podemos pedir recomendación y consejo a nuestro mecánico de confianza, para que nos informe sobre las piezas que podríamos adquirir como de recambios de desguace y cuáles deberíamos comprar nuevas sí o sí.
Piezas que nunca debes sustituir de piezas de desguaces
Por otro lado, por seguridad y para ahorraos una doble reparación, estas serían las piezas que nunca se aconseja pedir al desguace:
- Neumáticos. No ahorres en neumáticos. La seguridad debe ser siempre tu prioridad, y unos neumáticos adecuados que se encuentren en buen estado son imprescindibles a la hora de garantizar un buen agarre.
- Piezas del sistema de frenado. Elementos como las pastillas de freno, discos, tambores o bombines tampoco deberán ser nunca sustituidos por unos usados del desguace. Ten en cuenta que son elementos indispensables en la seguridad, y si adquieres este tipo de recambios en el desguace no podrás saber nunca el uso que han tenido ni su nivel de desgaste.
- Otras piezas. Elementos como el airbag, filtros, piezas de desgaste como escobillas o amortiguadores tampoco deberían ser sustituidos por los de un vehículo que se encuentra en el desguace. Se trata también de elementos indispensables en la seguridad o de piezas consumibles que, por su bajo coste, conviene poner siempre nuevas.
De lo que no hay duda es que los coches han sufrido una rápida transformación durante los últimos años a causa de la revolución de la electrónica. Es importante también saber qué hay determinados elementos electrónicos que también podremos sustituir por otros de desguace. Por ejemplo, la aplicación de nuevos sistemas de encendido y alimentación regulados electrónicamente ha significado el fin de los reglajes manuales, pero la estadística demuestra que todavía presentan un índice de fallos importante.
Vender un vehículo siniestrado o averiado siempre es nuestra última opción, pero hay ocasiones en las que no tenemos más remedio. Por ejemplo, ante una avería relacionada con el sistema electrónico o ECU y la imposibilidad de localizar una pieza de desguace que sirva para sustituir a la que se encuentra en mal estado, son muchos propietarios los que se plantean seriamente la opción de enviar su vehículo al desguace de forma definitiva, debido al alto coste que tienen este tipo de reparaciones con piezas nuevas.
También hay que prestar especial atención a la correa de distribución, a los inyectores de combustible y a la centralita del motor (ECM). Estos elementos, si tenemos la mala suerte de sufrir una avería, también son bastante costosos de sustituir y dependiendo de la antigüedad del vehículo, en muchos casos puede ser más recomendable optar por enviarlo al desguace.