Toda instalación industrial que cuente con un número importante de equipos hidráulicos debe contar con un elemento tan esencial como imprescindible. Estamos hablando de los llamados acumuladores hidráulicos, que se encargan de almacenar una cierta cantidad de energía que ayuda al sistema a cubrir de manera temporal ciertos picos de demanda.
Más concretamente, los acumuladores hidráulicos son recipientes fabricados para aguantar la presión máxima de un sistema industrial, y liberar esa energía acumulada en un momento preciso. Por eso, los acumuladores son tan esenciales en todo sistema industrial con equipos hidráulicos.
Funcionamiento de los acumuladores hidráulicos
El funcionamiento de este tipo de elemento industrial es complejo. En el interior, el acumulador lleva una parte de gas a comprimir, generalmente nitrógeno, y otra parte de fluido (generalmente aceite) que está conectada al circuito.
Ambas partes con las que cuenta el acumulador están siempre separadas; bien por una membrana o bien una vejiga (de ahí los diferentes tipos de acumuladores). Así, cuando la presión del circuito supera la presión del nitrógeno, el aceite comienza a acumularse comprimiendo el gas. Si la presión del circuito disminuye, el volumen de aceite acumulado en el recipiente es devuelto al mismo gracias a la expansión del nitrógeno.
Funciones de los acumuladores hidráulicos
Las funciones de los acumuladores hidráulicos son varios, por eso de su importancia en una instalación industrial. Concretamente, podemos hablar de las siguientes funciones esenciales de este tipo de elementos:
- Como ya mencionábamos, almacenan cierta cantidad de energía que liberan en picos de demanda.
- Se encargan de amortiguar ciertas pulsaciones de presión originadas por el sistema.
- Funcionan también como accionamiento de emergencia.
- Actúan a modo de compensación tanto de determinadas fugas de aceite como de volumen.
Como todo elemento en un sistema de estas características, los acumuladores deben ser revisados con frecuencia, para comprobar su correcto funcionamiento y que no derive en algún problema mayor. De hecho, si el acumulador hidráulico no está en buen estado, un problema muy común suele ser las paradas de secuencias en su ciclo, con los problemas que ello conlleva.
Tipos de acumuladores hidráulicos
Existen principalmente 3 tipos de acumuladores hidráulicos: de vejiga, de pistón y de membrana. Algunas de las marcas más conocidas son Olaer, Fox y Bosch Rexroth.
Tanto los acumuladores de vejiga como los de membrana son los más empleados y demandados en la industria. De hecho, los acumuladores de vejiga son probablemente los más fáciles de reparar en caso de sufrir una avería de este. La principal diferencia entre uno u otro son los usos de la industria en la que se quiere instalar.
De manera general, aquellos sistemas más grandes suelen incorporar acumuladores de pistón, que además suelen incorporarse botellas de nitrógeno adicionales conectadas entre sí formando una batería para darle una mayor capacidad.
Sin lugar a duda, todo sistema industrial con determinados elementos hidráulicos debe de contar con distintos acumuladores para garantizar la seguridad y el correcto funcionamiento en todo momento del sistema.