Los estudios de la población general indican que alrededor del 1,8 % de los adultos de 15 a 64 años en la Unión Europea consume cannabis a diario o casi a diario, según el Informe Europeo sobre Drogas 2021: Tendencias y Desarrollos. En concreto, de esta población que consume cannabis, lo ha hecho un total de 20 o más días en el último mes y la mayoría (61 %), son menores de 35 años. Del total de consumidores de cannabis, el 84% son hombres y el 16% mujeres.
De hecho, se estima que el consumo de cannabis en 2020 entre los ciudadanos de la Unión Europea de entre 15 y 34 años fue del 15,4%, según el citado informe europeo. Si se consideran únicamente los jóvenes de 15 a 24 años, la prevalencia del consumo de cannabis es mayor, con un 19,2 % (9,1 millones), que lo consumió durante el último año. La edad media en la que los jóvenes consumieron cannabis por primera vez se sitúa en los 17 años.
En España, más de 20.000 jóvenes de entre 14 y 18 años son consumidores de cannabis cada día, admitiendo el 71,8% de los menores que el cannabis se puede conseguir de manera muy fácil para su consumo, ya que en los últimos años han aparecido nuevas formas de cannabis y nuevas maneras de consumirlas. Si bien por internet no se puede adquirir cannabis, sí que se pueden comprar semilla online, como en auto skunk.
Según señala el informe europeo, los jóvenes empiezan a consumir cada vez antes cannabis, y la tendencia del cultivo doméstico, impulsada en parte por las medidas de confinamiento, ha continuado durante el año 2020 y 2021.
Entre los 24 Estados miembros de la UE que participan en las encuestas ESPAD 2019 de estudiantes de 15 a 16 años, la prevalencia del consumo de cannabis el año pasado osciló entre el 7 % y el 23 %, con una media ponderada del 17.3 %. En general, la prevalencia durante el año pasado cayó respecto al pico del 20,4 % registrado en 2011.
Los españoles consideran que el cannabis es la droga menos peligrosa del mercado. Esta percepción social favorece el mayor consumo del cannabis entre los jóvenes y que adquiera un carácter similar al tabaco y el alcohol. Entre los adolescentes empieza a calar el mensaje de que el tabaco daña la salud y se ve como un gasto que no aporta “sensaciones fuertes”; al cannabis le dan un “valor transgresor”.
Debido a la mayor facilidad de conseguir cannabis por parte de los jóvenes, en la última década se está experimentando un crecimiento notable del consumo del cannabis entre los adolescentes, que les hace formar parte de un grupo y desinhibirse en determinadas situaciones.