Vapear es el nuevo verbo de moda que conjugan los fumadores. Millones de italianos vapean, y a tenor de las pequeñas tiendas de diseño impoluto que van abriéndose cada vez más y sin parar en las ciudades, todo apunta que aquí también, en España, dará mucho que hablar en los próximos años.
Vapear, en una primera definición muy sencilla, es “fumar” sin humo, mediante un cigarrillo electrónico en el que se sustituye la combustión de los productos que lleva el tabaco por la aspiración del vapor caliente de un líquido formado por agua, propilenglicol, glicerol y el aroma elegido.
Para muchos fumadores, optar por los vapeadores en lugar del clásico cigarrillo, “es el primer paso para dejar de fumar, siendo además más saludable, ya que no se produce combustión de los componentes que conforman el tabaco clásico”, apuntan desde el sitio web Vapeototal.
El público que generalmente vapea son personas mayores de 30 años que quieren fumar menos o directamente dejarlo pasados unos meses, pero sin hacer un esfuerzo muy elevado. El paso último de este proceso sería acabar vapeando sin nicotina, que es la sustancia adictiva del tabaco. De hecho, “vapear” es algo diferente, ya que no hay combustión.
El gran debate, sin duda, es el que atañe a la salud. Es un hecho que proporciona nicotina, pero en mucha menor proporción y además sin la carga de los otros elementos nocivos del tabaco. Igualmente, puedes vapear sin nicotina. Por eso se ha convertido o en la alternativa definitiva al tabaco o en el paso previo a dejar de fumar definitivamente.
Por el momento, la Unión Europea se plantea permitir la venta libre de los vapeadores, aunque poniendo alguna restricción en función del porcentaje de nicotina. En principio, la cantidad se situaría en un miligramo y si supera esta cantidad tendrá que ser tratado como un producto farmacéutico.
El negocio avanza y las marcas están abriendo comercios para posicionarse con un producto nuevo que puede servir también como regalo. Los hay de todos los colores (desde fucsia hasta negro) y formas, por lo que ya se empieza a pensar en clave navideña para esta nueva temporada 2021. Pero el usuario ha de saber que las cargas deben de tener el sello de homologación de la Unión Europea.
Cuánto cuestan los vapeadores
La batería, el cargador y un par de cargas aromáticas puede tener un coste de unos 50 euros. Después, el usuario va comprando cargas –como si fuesen cajetillas– con el gusto y el porcentaje de nicotina –o sin ella–. A la larga es más barato que comprar tabaco.
El ahorro con respecto al consumo de tabaco en cigarrillos es considerable. Un paquete al día durante un año sería de unos 1.600 euros, en vapeadores el usuario se puede gastar no más de 500€ al año. Aunque hay muchas personas que combinan el humo con el vapor, por lo que los cálculos económicos ya no servirían en esos casos.