La cirugía estética se extiende. Apenas nadie se resigna a ser físicamente imperfecto o a envejecer. Perseguir el canon establecido o entrar en la espiral por el ideal inalcanzable ya no es sólo una práctica de clases adineradas y celebridades femeninas con años en el escaparate público. Sus partidarios ven un futuro en el que pequeños retoques nos permitirán ser coherentes con el inevitable culto al cuerpo. “En la cirugía plástica o estética se busca una imagen que uno considera que es más atractiva o más aceptada socialmente que la que tiene”, afirman desde una clínica de cirugía estética en Alicante consultada por este medio.
Corregir defectos (muchas veces necesarios para nuestra salud) y rejuvenecer la imagen cuando se empieza a envejecer son dos de las principales motivaciones que llevan a pasar por el quirófano.
Pero la mejora de las técnicas –que permite una cirugía más adaptada a las condiciones de cada paciente– y su popularización han ampliado el catálogo de candidatos a operarse. En las clínicas se escucha de los pacientes una mayor diversidad de complejos y motivaciones para cambiar.
Aunque se supone que es la edad adulta y madura, las inseguridades, la necesidad de autoafirmación o las ansias de gustarse y gustar a los demás llevan a la cirugía estética a partir de los 35 y 40 años. Lo más común es que a esa edad se empiecen a hacer operaciones para compensar el deterioro natural del cuerpo (liposucciones, en ambos sexos, y abdominoplastias, para reducir la grasa y flaccidez del vientre de las mujeres tras los embarazos, así como subir el pecho o blefaroplastias, correcciones de párpados caídos).
A esta edad, cada vez más hombres se operan. A partir de los 50 años, se hacen, sobre todo, liftings faciales para reducir las arrugas y flaccidez del rostro. La cirugía y la medicina estética tienen pacientes de más de 80 años. Estos grupos mayoritarios de pacientes que recurren a la cirugía estética se observan muchas veces motivaciones como las del que se opera después de haber vivido un momento de baja autoestima, ligado, por ejemplo, a una ruptura de pareja.
Gente que decide reanudar su vida con plenitud y, para ello, busca mejorar su aspecto. Y otras veces, mujeres que hasta entonces no parecían candidatas a pasar por el quirófano pero que cuando sus hijos se hacen mayores o abandonan el hogar piensan que ha llegado el momento de cuidar más de sí mismas.
Expansión de la cirugía estética en España
Nos encontramos en un momento donde la cirugía estética se consolida y se perfecciona tres décadas después de su expansión en España, las intervenciones siguen en aumento y se han extendido a todo tipo de personas. En buena medida, ello obedece a la mejora de las técnicas, que hacen que las operaciones requieran periodos de recuperación más cortos y ofrezcan un resultado más ajustado al gusto de cada uno y más natural.
“Durante determinadas épocas del año, por ejemplo, antes de la llegada del verano, las clínicas están llenas. La búsqueda de la perfección hace que la especialidad no pare de crecer y ya no se atiende sólo a modelos, artistas y mujeres de clase alta, sino también a mujeres y hombres de diversas edades y también de clase media”, señalan desde la clínica de cirugía estética en Alicante Silfid.