La hipoacusia, o déficit auditivo, es uno de los problemas más comunes entre la población adulta. Una cuarta parte de las personas mayores de 65 años manifiesta dificultades para oír bien y, por encima de los 75 años, el problema afecta a un 33% de las personas. La sordera como enfermedad profesional representa un gran porcentaje de las causas de incapacidad permanente por motivos laborales en España.
También entre la población infantil existe la hipoacusia: estadísticas norteamericanas indican que al rededor del 1 % de la población infantil tiene déficits auditivos a causa de problemas congénitos (por ejemplo, malformaciones) o adquiridos después del nacimiento. La hipoacusia temporal es frecuente entre los escolares: entre un 5% y un 7% de los niños de cinco a ocho años tiene en algún momento algún déficit auditivo que generalmente es transitorio y coincidente con alguna otitis o cuadro catarral.
Detección y protección
Los medios de los que actualmente se dispone para la detección precoz, lo que técnicamente se denomina prevención secundaria, de la hipoacusia son varios y de muy diversa complejidad. Por ese motivo siempre se aconseja acudir a un centro auditivo para un examen. En el comparador web audifono.es puedes encontrar tu centro auditivo más cercano, con la posibilidad también de adquirir audífonos en Granada, Madrid, Valencia, Barcelona u otras ciudades de España.
Cuando la prevención primaria (es decir, la que está destinada a evitar la aparición de problemas auditivos) no ha sido posible, entra entonces en juego la prevención secundaria (o detección precoz de una hipoacusia incipiente), ampliamente utilizada hoy día gracias a la tecnología de los cribajes o “screenings” auditivos.
La Guja de Servicios Clínicos Preventivos de Estados Unidos recomienda la evaluación de la audición en todos los recién nacidos que tienen algún factor de riesgo (prematuridad, asfixia perinatal, hemorragias intracraneales y en general aquellos que han precisado de hospitalización en una unidad de cuidados intensivos neonatales): también se recomienda evaluar la audición en los que han sufrido una meningitis, los que nacen con malformaciones del pabellón auricular o los que tienen familiares próximos con sordera desde su infancia.
No parecen tan eficaces ni tan eficientes los cribajes masivos para todos los preescolares y escolares, si bien esta opinión no es compartida por otras autoridades sanitarias: la misma Academia Americana de Pediatría recomienda la evaluación rutinaria de la audición varias veces durante los años de infancia y juventud. Particularmente necesaria es la evaluación de la audición en aquellos trabajadores cuyo entorno laboral es excesivamente ruidoso.
Una tercera actividad preventiva, la prevención terciaria, está en caminada a reducir las consecuencias negativas de la hipoacusia y es de particular utilidad en la tercera edad: el uso de audífonos y la asistencia psicológica son algunos de los elementos que permiten amortiguar el aislamiento social y otros efectos negativos de la sordera.
Consecuencias de sufrir hipoacusia
Las consecuencias de la hipoacusia son evidentes y bien conocidas: las personas mayores con déficit auditivo son más propensas a depresiones, socialmente están más aisladas y pueden sufrir exacerbaciones de problemas psiquiátricos latentes.
Por su parte, los niños que durante los primeros tres años de su vida han tenido una persistente dificultad auditiva de cierta consideración pueden manifestar trastornos en el desarrollo del lenguaje. Las secuelas importantes de la hipoacusia transitoria en escolares y preescolares son afortunadamente poco frecuentes.
No todas las causas de sordera o de hipoacusia se pueden prevenir: la presbiacusia, o sordera propia del anciano, es generalmente inherente al mismo proceso de envejecimiento; la sordera que acompaña a ciertas enfermedades hereditarias es prácticamente inevitable en el momento actual.
Hay, sin embargo, otras causas que son en gran medida prevenibles: la sordera laboral puede prevenirse, retrasarse o reducirse con la adecuada protección; la rubéola congénita, la ictericia neonatal severa, el uso de ciertos medicamentos, son todas ellas causas cada vez menos frecuentes de hipoacusia gracias a la vacunación contra la rubéola y a la calidad de los cuidados médicos actuales. Encuentra las mejores ofertas de audífonos en Granada en la web audifonos.es.