En el libro III de “Las metamorfosis” de Ovidio (43 A.C) aparece, quizás por primera vez en la historia, el concepto de narcisista. Y es que lo cierto es que el origen del concepto narcisista proviene de la mitología griega.
En términos generales, el narcisismo es un trastorno mental en el cual la persona tiene un sentido desmesurado de su propia importancia. Este tipo de personas tienden a tener una necesidad profunda de atención desproporcionada, careciendo además de empatía por los demás. Aunque a simple vista no lo parezca, son personas con gran falta de autoestima y muy sensibles a la crítica.
El trastorno narcisista no siempre se identifica como tal, no siempre siendo catalogado como una patología psiquiátrica. Muchos son los que tienen rasgos narcisistas que se encuentran camufladas en las actividades cotidianas de nuestra vida; un jefe excesivamente autoritario, un amigo que no deja de hablar de sus planes y éxitos o una pareja carente de empatía con la que suele existir una dependencia emocional fuerte.
Rasgos característicos de un narcisista
Existe una gama cromática narcisista bastante amplia, aunque no siendo todos ellos considerados casos patológicos. Algunas de las principales características o rasgos narcisistas son:
- Carencia total de empatía. Son personas con una incapacidad o resistencia a identificarse, reconocer o aceptar los sentimientos, necesidades, preferencias, prioridades y elecciones del otro.
- Postura corporal altiva. Personas con una postura física que parece que son superiores (o eso es lo que se creen). Aunque el narcisista suele mantener el contacto visual, se abstiene de la proximidad física. Su actuación social puede ser bromista y condescendiente, desde una posición de supremacía.
- Se cree merecedor siempre de un trato especial. A veces puede mantenerse como simple observador, aunque siempre trata de obtener consideración especial de algún tipo.
- Lenguaje desprovisto de emoción. Le gusta hablar mucho sobre él mismo y de nadie más que de él. En general, el narcisista es impaciente, se aburre fácilmente y distrae su atención si no es él el tema de la conversación. En caso de que alguien se interese por sus emociones, el narcisista suele hablar en tercera persona, intelectualizar o ironizar.
- Seriedad y reverencia por sí mismo. Puede mostrar un excelente sentido del humor, irónico y agudo, pero raramente a costa de sí mismo. La importancia de su misión en la vida es cósmica, de consecuencias globales. Cualquier comentario puede ser interpretado por él como despreciativo. Consideran que su tiempo es más valioso que el de los demás.
Cómo tratar a un narcisista
La pregunta de cómo tratar a un narcisista suele ser muy recurrente en los centros de psicología. Al ser el narcisismo un rasgo de personalidad típico de personas inmaduras que se han estacionado en una etapa infantil en la que el narcisismo es algo normal, cabe esperar que el tiempo, las desilusiones y las circunstancias vitales hagan parte del trabajo de mejoría.
Es recomendable cortarle lo que se llama “suministros de alimento para el ego”, con el fin de provocarle lo que se ha venido en llamar “herida narcisista”. A partir de ahí, hay que aprovechar esta brecha para que se someta a una terapia para que madure emocionalmente. Centros como el de Psicopsiquis prestan sus servicios con este fin. La ayuda abuso emocional narcisista siempre es de vital importancia, sobre todo cuando la persona que sufre estos rasgos es consciente de ello y quiere remediarlo.
Por otro lado, suele ser útil que la persona con rasgos narcisistas mantenga una relación estable con una pareja segura de sí misma, que lo acepte tal como es sin intentar cambiarlo y le transmita seguridad, aunque suelen ser personas se les hace bastante difícil encontrar a alguien.