En oftalmología se considera que una persona empieza a encontrar dificultades físicas para desarrollar ciertas funciones a partir de 3 dioptrías. Naturalmente, estas dificultades se agravan a medida que el número de dioptrías es mayor. Por dicho motivo, el hecho de que una persona se someta a una operación de astigmatismo, miopía o hipermetropía no depende solo de una cuestión estética, sino principalmente de un planteamiento de calidad de vida.
Los expertos calculan que un 40% de la población padece algún tipo de defecto refractivo. Su corrección mediante cirugía láser no es algo nuevo, pero la incorporación de nuevas técnicas, menos dolorosas y con una recuperación más rápida, y la reducción de las tarifas, ha disparado la demanda de este tipo de intervenciones.
Para muchas personas llevar gafas o lentillas es todo un problema. Para unos porque no pueden desarrollar cómodamente su profesión. Para otros, porque llevar gafas o lentillas les supone un obstáculo para practicar ciertas actividades deportivas y cotidianas. Y para otros finalmente, porque no quieren estar siempre atados y pendientes de unas gafas.
Cirugía Refractiva
Actualmente, la gran mayoría de defectos refractivos; miopía, hipermetropía y astigmatismo, pueden ser corregidos quirúrgicamente a través de diversas técnicas seguras y precisas. Quien se somete a ellas no requiere ni ingresar en el hospital, ni tan siquiera llevar el tapado después de la intervención.
Se trata, simplemente, de una pequeña intervención, indolora, que se realiza bajo anestesia tópica (gotas) y la recuperación visual resulta casi inmediata. Las técnicas quirúrgicas que hoy en día se utilizan para corregir estos defectos son varias, pero, para obtener buenos resultados hay que elegir la más adecuada en cada caso, en función de la edad del paciente, su visión y graduación.
Lo cirugía refractiva, mejora la calidad de vida del paciente. La visión nítida es el resultado de que los rayos de luz pasen a través de la córnea, pupila y cristalino y converjan sobre la retina. Si la córnea no es redonda, o es demasiado curvada, o demasiado plana en relación con la longitud del ojo, los rayos de luz convergen delante o detrás de la retina, dando lugar a errores refractivos, como la miopía, hipermetropía o el astigmatismo.
Así, la cirugía refractiva es aquella que trata estas anomalías a fin de conseguir una buena visión sin necesidad de gafas ni lentes de contacto. Actualmente, para la corrección de estos defectos, se realizan varios tipos técnicas quirúrgicas, entre las que cabe señalar: Láser Excimer (LASIK), Lentes epicapsulares flexibles y Facoemulsificación. Es el cirujano oftalmólogo quien debe valorar cual de dichas técnicas es la más apropiada para cada paciente.
Por todo ello, ni que decir que los ojos son uno de nuestros bienes más preciados. Necesitamos elegir profesionales de plena confianza para que controlen periódicamente su estado y los intervengan con las tecnologías más avanzadas, en caso de ser necesario.