Un equipo de cinco científicos americanos consiguió en los años noventa del siglo pasado clonar el gen receptor celular de uno de los principios activos de la marihuana. Los investigadores del laboratorio de Biología Celular del Instituto Nacional de Salud Mental de Bethesda, en Maryland, publicaron en la revista Nature los resultados de una investigación que ha ayudado desde entonces a comprender el mecanismo de acción de la marihuana e incluso abrir nuevos caminos para el desarrollo de fármacos. Existen tiendas especializadas, conocidas como grow shop, en la que se vende todo lo necesario para el cultivo personal de marihuana.
La marihuana (Cannabis sativa) es una planta que contiene un gran número de sustancias activas. La más potente es el delta-9-tetrahidrocannabinol (THC). Este principio activo tiene diversos efectos sobre el sistema nervioso central, tales como euforia o alteración de la percepción espacio – temporal. Sin embargo, también ayuda a soportar ciertas dolencias crónicas, por lo que cada vez más pacientes con graves dolores han empezado el consumo de pequeñas dosis de marihuana.
Por otra parte, la marihuana no produce dependencia física ni el abandono de su consumo provoca síndrome de abstinencia. Además, otras sustancias extraídas de la marihuana (más allá del THC) se han mostrado efectivas en casos de epilepsia, glaucoma, asma, náuseas, dolor e hipertensión. Por ello, si van a consumir marihuana, te aconsejamos que busques un grow shop online de confianza.
Ya en los años 30, la estructura del THC era bien conocida y podían haberse elaborado fármacos análogos, intentando eliminarla psicoactividad. Pero con la Segunda Guerra Mundial se detuvieron las investigaciones, que no se reanudaron hasta la década de los sesenta.
Por aquel entonces, el objetivo principal de los científicos era identificar el receptor celular del THC. Para que la mayoría de sustancias desarrollen su actividad, deben fijarse en unos receptores específicos en la célula. La sustancia y el receptor encajan de manera perfecta, como una llave en la cerradura. Pero muchos años de investigaciones no habían permitido hallar el receptor del THC. La búsqueda se realizó marcando con algún elemento radiactivo la sustancia cuyo receptor se desea identificar. El THC parecía no unirse a ningún receptor, por lo que algunos investigadores creían que actuaba simplemente perturbando la membrana celular, tal como hacen algunos anestésicos.
Grandes avances en los años ochenta
En los años 80, se obtuvieron resultados que parecían indicar la existencia de receptores específicos para cannabinoides. Algunos actúan variando la concentración celular de una sustancia llamada AMP cíclico. Se observó que los cannabinoides actuaban de este modo en células nerviosas. Al probar todos los receptores conocidos, sin resultados positivos, el equipo dedujo que tenía que haber unos receptores específicos para ellos. Para hallarlos, se utilizó un cannabinoide muy potente: el CP-55940.
Con él, realizaron un mapa del cerebro. Así hallaron los lugares donde desarrollaba mayor actividad y que coincidían con los que se podían esperar de los cannabinoides. La marihuana tiene efectos en la actividad cardíaca y respiratoria. El bulbo, que contiene la mayoría de centros de control de estas actividades, tenía cierta cantidad de receptores. Los centros que controlan el movimiento, como el cerebelo, también eran ricos en ellos, lo cual concuerda con el hecho de que los cannabinoides provocan movimientos incontrolados.
Asimismo, debía haber receptores en el córtex cerebral y en el hipocampo, áreas que intervienen en procesos como la memoria. Casualmente, Matsuda y sus colegas, del Instituto de Bethesda, estaban estudiando, desde un tiempo atrás, un receptor para el cual no hallaban la sustancia que se le unía para activarlo. Matsuda observó que el gen (fragmento de ADN que codifica la síntesis de una proteína) del receptor que estudiaban era activo en las mismas células estudiadas en los mapas del cerebro antes mencionados.
El paso siguiente fue la clonación del gen y lo introdujeron en células de hámster. Luego estudiaron la inhibición de la síntesis de AMP cíclico en esas células, por acción de cannabinoides. Sólo las células a las que se había transferido el gen respondieron positivamente a la prueba. Estos y estudios posteriores facilitaron la creación de tiendas grow barato para comprar todo lo necesario para el cultivo individual de marihuana medicinal.
Esto confirma que aquél era el receptor de los cannabinoides. La importancia de este descubrimiento en los años noventa fue y es de gran valor para los estudios posteriores. Gracias a estos estudios, en muchos países hoy en día se utiliza la marihuana con fines terapéuticos, para aliviar grandes dolencias y sin los efectos que causa el THC. Existen actualmente en el mercado grow shop ofertas donde puedes encontrar todo lo necesario para cultivar tu propia marihuana para uso terapéutico. Aunque eso sí, con THC.