Los estados anímicos, intangibles pero reales, influyen de alguna manera en el buen funcionamiento de la máquina del cuerpo. La conexión entre la mente y el cuerpo es una experiencia diaria que conocen muy bien quienes están enamorados o quienes están airados, los tímidos que han de hablar en público o los estudiantes ante un examen, e incluso los músicos antes del concierto.
Lo que no resulta tan evidente es la relación existente entre emociones y enfermedades, entre estados anímicos y curación o empeoramiento de dolencias. Y sin embargo, hay cada vez mas evidencias de que las actitudes positivas de un enfermo frente a su mal favorecen la evolución de su enfermedad.
“Hay datos que explican este hecho. El sistema inmunitario que defiende nuestro cuerpo contra el cáncer y las infecciones sufren cambios en función de los estados de ánimo. La psiconeuroinmunología, un término relativamente nuevo en las ciencias de la salud, estudia precisamente los efectos de las emociones en el sistema inmunitario”, apuntan a 25Minutos psicólogos en Valencia.
La influencia del factor emocional
La influencia de los factores emocionales en la evolución de enfermedades tales como el cáncer, el asma, las enfermedades autoinmunes o incluso la alopecia, es actualmente una hipótesis de considerable interés.
Junto a quienes apoyan sin reservas la influencia positiva de la mente en la evolución de la enfermedad, existen también los que opinan lo contrario o al menos se muestran escépticos.
Concretamente, sobre el cáncer argumentan que no hay ciertos tipos de personalidad que se hayan asociado a una mayor frecuencia de tumores; o que la descripción psicológica del paciente no sirve para hacer un determinado pronóstico de su enfermedad: o que no se ha observado una mayor incidencia de neoplasias en un grupo de pacientes depresivos cuya evolución médica fue seguida durante un tiempo.
El estudio de la relación entre los factores emocionales y la enfermedad presenta dificultades que no han sido completamente resueltas. Ahí quedan, sin embargo, los casos aislados y anecdóticos de curaciones sorprendentes: o quedan los estudios más amplios, menos anecdóticos y más creíbles, sugerentes del poder de la mente sobre el progreso de la enfermedad.
Y quedan también las investigaciones que han comprobado la existencia de cambios en el sistema inmunitario inducidos por situaciones emocionales, investigaciones que, siendo objetivas son, sin embargo, reproducibles y aplicables, por el momento, sólo en el interior de un laboratorio.
Doble comunicación
¿Qué conexiones hay entre la parte intangible del ser humano y su parte corporal? Estas conexiones existen y cada vez se conocen más. Se sabe que, de hecho, la comunicación entre cuerpo y mente sigue un camino en ambas direcciones: por una parte, las alteraciones en el cuerpo (como las infecciones) influyen en los estados de ánimo: pero, por otra parte, también los estados de animo afectan a la salud del cuerpo.
Lo primero no es ninguna novedad y tiene una explicación sencilla: las células del sistema inmunitario, excitadas por el agente infeccioso, producen todo un abanico de sustancias que afectan a nuestras funciones neurológicas provocando mutaciones que van desde pequeños cambios de carácter hasta anorexia, trastornos del sueño, demencia o coma.
Se sabe que las células cerebrales que componen la llamada microglía son capaces también de producir todas las sustancias que influyen en los estados de ánimo. Lo que ya es mas extraordinario es que existen conexiones en la dirección opuesta, es decir, que los estados de ánimo (ansiedad, estrés.) afecten a la salud corporal.
Un ejemplo bien conocido es el aumento en la sangre de glóbulos blancos, células defensivas de primera línea, tras situaciones de estrés, producidas por la ira, dolor o ansiedad, por mencionar algunos de estos estados.