La lista de terapias a las que podemos recurrir para tratar nuestros problemas de salud es realmente extensa. Normalmente, cuando nos sentimos aquejados por alguna afección habitual, como una patología vírica o bacteriana (resfriado, gastritis, fiebre, etc.), o cuando el malestar está asociado a un mal funcionamiento del organismo (enfermedades respiratorias, gastrointestinales, cardiovasculares, etc.), solemos acudir al médico de cabecera o al especialista indicado.
Pero cuando se trata de un problema relacionado con los huesos, los músculos o los ligamentos, tendemos a acudir a otros profesionales, como fisioterapeutas, osteópatas o quiroprácticos. En el artículo de hoy hablaremos sobre en qué consiste la osteopatía y la profesión del osteópata.
La osteopatía es un método terapéutico procedente de Estados Unidos. Se basa en comprender los vínculos existentes entre las estructuras anatómicas para, mediante manipulaciones, detectar posibles limitaciones o bloqueos en los órganos, músculos, tendones, ligamentos, etc.
La osteopatía considera que la salud depende del mantenimiento de las relaciones adecuadas entre las diferentes partes del cuerpo, y que las alteraciones del sistema neuromusculoesquelético tienen relación con la biomecánica del cuerpo, pudiendo influir todo en la función natural de los órganos.
Este método terapéutico examina así al individuo en todo su conjunto y busca siempre a causa del trastorno o de la disfunción a través de una aproximación holística no sintomática. El tratamiento osteopático es 100% manual y no se utiliza ningún tipo de suplemento terapéutico.
Se emplea para diagnosticar y tratar molestias de índole muy diversa: desde afecciones del aparato músculo esquelético (hernias discales, artrosis, lumbalgias, ciáticas, traumatismos…) hasta cefaleas, pasando por problemas de estrés, dolores dentales, migrañas, vértigo, otalgias, problemas digestivos (náuseas, reflujo, estreñimiento, etc.), trastornos anímicos, etc. La mayor parte de las personas que acuden al osteópata lo hacen aquejadas de dolores de espalda o cervicales.
Las personas que se dedican a la osteopatía deben ser profesionales titulados, capaces de diagnosticar y tratar al paciente utilizando el diálogo, la exploración física y una serie de manipulaciones.
En España, aunque la osteopatía no está regulada como profesión sanitaria –a diferencia de lo que ocurre en países como Norteamérica o Gran Bretaña– es una disciplina con amplio consenso, donde muchos de los terapeutas que la aplican como herramienta para curar son a la vez fisioterapeutas.
Lo más importante es que antes de ponernos en manos de cualquier profesional debemos asegurarnos de que se trata de una persona titulada con experiencia en la aplicación de la terapia elegida, como los profesionales de OsteoFisius, centro y consulta de Fisioterapia y Osteopatía en Barcelona.
Así, al acudir al médico aquejados de molestias en la espalda, en las articulaciones o en determinados músculos, es posible que el facultativo nos derive a la consulta de un especialista para que éste nos diagnostique y establezca el mejor tratamiento para nuestra dolencia. Sin duda, si las dolencias son de la espalda o cervicales, posiblemente deberemos visitar al osteópata o fisioterapeuta.