Aunque la edad no se asocia necesariamente con la percepción que una persona tiene de su propio estado de salud, sí se asocia con una mayor limitación en las actividades diarias. Se asocian con “regular, mala o muy mala salud” la coexistencia de trastornos crónicos y la actividad restringida. Las mujeres son mayoría en los casos de incapacidad o dependencia en alguna actividad diaria.
El habituamiento a condiciones crónicas de la edad y su distinción de los procesos mórbidos es una cuestión expuesta a debate y es grávida de consecuencias sobre los modelos sociosanitarios para afrontar el envejecimiento, tratar sus problemas y alcanzar mayor calidad de vida. De cualquier forma, no en vano el factor que más influye en que la percepción de la salud sea negativa es la existencia de trastornos crónicos.
Pese a ello, existe una serie de pautas que podemos hacer familiares y amigos de las personas mayores dependientes. Podemos ayudar y guiar a nuestros mayores para que sean ellos mismos más autónomos, haciendo así que aumente su autoestima y desaparezca ese sentimiento de culpa y carga que muchos sienten.
- Comprar útiles y aparatos. Uno de lo aspectos más importantes para que nuestros mayores ganen en dependencia es adquirir distintos tipos de aparatos. Por ejemplo, un imprescindible son los andadores, que facilitan la vida y la movilidad del día a día de la persona mayor. Existen distintos tipos de andadores, por lo que es importante ver bien antes de adquirir uno.
- Acondicionar el hogar de la persona dependiente. Una recomendación que los expertos suelen hacer es tratar de acondicionar en la medida de lo posible el hogar donde va a vivir la persona mayor dependiente. Acondicionar el baño o la cocina suelen ser estancias de gran utilidad, dando mucha autonomía a las personas mayores. Por ejemplo, adaptar la ducha y los sanitarios debe ser nuestra primera opción, ya que la persona mayor ganará en autonomía. Ya nadie tendrá que acompañarla para ir al baño a ducharse.
- Paciencia y comprensión. Los familiares y amigos que rodeamos a la persona mayor dependiente debemos ser en todo momento comprensible y paciente. Esto es muy importante. En ningún momento la persona mayor debe sentir que son una carga para nosotros, ya que esto afectará a su autoestima y a su salud mental. La compresión y la paciencia, unido al cariño del ser querido, hará que la persona mayor se sienta mucho mejor.
- Dejarle su espacio. Cuando hablamos de dejar espacio a la persona dependiente no solo nos referimos al espacio físico, sino también al emotivo o el contacto diario. Es importante que la persona mayor sienta que estamos ahí cuando lo necesite, pero también debemos encontrar el equilibrio donde la persona se sienta que no está constantemente “vigilada”. Es muy importante dejarle su espacio personal.
Todo ello unido hará que la persona gane en autoestima y autoconfianza. Se sienta mejor y afecte muy positivamente a su salud, tanto mental como física. Este bienestar general afectará a su vez en cómo se percibe a sí misma la persona mayor dependiente, ganando confianza en sí misma para poder hacer cosas cotidianas que de un momento para entonces no podía hacer.