El cannabis es la droga ilegal que tiene probablemente un mayor consumo en nuestro medio. Sin ser inocua, su peligro es menor que el de las grandes drogas clásicas como son el opio o la coca. Con alguna frecuencia se ha planteado, incluso en líneas políticas cercanas a opciones de gobierno, su legalización, gracias a que determinados compuestos del cannabis tienen efectos muy positivos para la salud.
De hecho, el aceite CBD está experimentando un crecimiento en los últimos años, siendo eficaz por sus diversos efectos positivos para la salud. El cannabidiol (CBD) es un activo natural que se encuentra en el cáñamo, donde se encuentran más de 100 tipos de cannabinoides, pero también el tetrahidrocannabinol (THC), que es el compuesto responsable de los efectos alucinógenos.
Con el paso de los años se han ido conociendo distintas propiedades positivas del cannabis, que van desde su actividad como agente antitumoral a efectos calmantes. Es conocido que la ingestión de aceite CBD cuatro veces al día de una gota de este compuesto diluido en agua, tiende a eliminar o paliar dolores corporales.
En los últimos años, diversas investigaciones y publicaciones califican el aceite CBD como antiinflamatorio, antibacteriano, de efectos tranquilizantes, o como reductor del contenido de azúcar en la sangre, entre otras actividades de interés. Se le atribuye también al aceite CBD actividad como antioxidante, disminuyendo la aparición de psoriasis y eczemas en la piel, y por tanto actuando como agente antienvejecimiento.
Este abanico de posibilidades ha llevado a que en la actualidad se encuentren disponible distintos productos CBD en distintos formatos, como pastillas de liberación rápida, formulaciones solubles en agua, encapsulado en nanopartículas, en chicle o como aceite, entre otras.
La marihuana se obtiene a partir de una planta, la “Cannabis sativa”, que es común en extensas zonas geográficas. Una variedad, la “Cannabis indica”, tiene mayor riqueza en productos activos y más interés desde el punto de vista de las drogas. Crecía con una cierta abundancia en algunas cuencas fluviales—en España, en las del Segura o el Segre, entre otras.
La planta tiene un tallo alto, rico en fibras, que se empleó en otro tiempo en la industria textil. En el llano de Barcelona, hubo una considerable actividad en torno al cáñamo, sobre todo en el siglo pasado. La aspiración del polvo de la planta, originado en la transformación de las fibras, dio origen a una enfermedad específica, la cannabosis.
También se ha utilizado, y utiliza, como medicamento. Era clásica la horchata de cañamones para aliviar molestias urinarias. En el siglo XIX, se preconizaron los cigarrillos antiasmáticos de cáñamo indiano. Recientemente, se han recomendado algunos de sus productos activos para tratar vómitos que aparecen en enfermos sometidos a quimioterapia antitumoral.
Pueden ser interesantes sus efectos en la esfera endocrina. Experimentalmente se ha demostrado, en ratones, que la administración continuada de marihuana produce una disminución en los niveles de testosterona, por interferencia probablemente a nivel de la hipófisis.
El consumo del compuesto CBD de la marihuana ha planteado, quizá más que el de ninguna otra droga, el tema de su posible legalización. De hecho, su riesgo no es excesivo, probablemente inferior al de otras drogas socialmente aceptadas, como es el caso del tabaco.