Cuando a los españoles se les pregunta si se sienten satisfechos con su vida en general (sabiendo que el 1 significa “nada satisfecho” y 10, “totalmente satisfecho”) la media se puntúa con un 7,5. Un notable. No está mal. Sobre todo, teniendo en cuenta que la depresión, según la OMS, amenaza con convertirse en la epidemia del siglo XXI.
Claro que ya durante los últimos decenios se dio la paradoja de que, mientras los sondeos del CIS reflejaban el continuo aumento de los que se veían a sí mismos como muy felices y bastante felices, en paralelo se disparaban la angustia y la inseguridad, sentimientos a los que el estilo de vida actual parecía dar alas.
Importancia de la psicología hoy en día
En los últimos cien años, la psicología y sus profesionales se han ocupado sobre todo de ayudar a superar patologías y traumas, dedicándose especialmente a los aspectos más negativos de la conducta humana. Pero ha llegado el momento de que empiecen a centrarse también en los aspectos positivos de la existencia y propongan sistemas útiles para alcanzar la felicidad. Eso al menos es lo que dicen los defensores de la nueva psicología positiva.
Hay quien piensa que las personas pesimistas son más realistas en sus apreciaciones que las optimistas. Seligman lo desmiente con estudios como el de Lisa Aspinwall, profesora de la Universidad de Utah, quien “reunió pruebas convincentes que demuestran que, a la hora de tomar decisiones importantes en la vida real, las personas felices podían ser más sabias que las depresivas”. Su estudio llevó a la conclusión de que, contra lo que podía parecer, “las personas felices recuerdan una cantidad mayor de información negativa y la juzgan de forma más convincente que las infelices”.
La importancia de conocerse a uno mismo
Al mismo tiempo, se destaca el importante papel que juega la psicología para conocerse a uno mismo, y evitar así situaciones de estrés, envidia corrosiva o ira.
Por una parte, el estrés se ha convertido en un importante problema en nuestras sociedades. De un tiempo a esta parte, el consumo de ansiolíticos se está disparando en los países desarrollados. En España, su consumo aumenta de un 5% a un 10% anual. Y si bien es cierto que el estrés se combate eficazmente bajo un enfoque multidisciplinar, esto es, solapando medicación y psicoterapia, tampoco es menos cierto que lo mejor es prevenirlo y fortaleciendo nuestra mente. Es importante en este sentido conocernos y saber qué es aquello que nos preocupa y nos estresa.
Igualmente, la envidia es el vicio más perverso e imperdonable, ya que es el que tiene el mayor poder corrosivo para el vicioso, a la vez que es demoledor para el envidiado. Con la envidia se vinculan también la ira, los celos, la competitividad, la calumnia, la maledicencia, la rivalidad, la avaricia, el rencor, la venganza y todo el espectro de la ruindad humana. Además, la envidia, a diferencia de los vicios restantes, no deja demasiado espacio al placer, a excepción del placer de ver al envidiado destruido.
La psicología ayuda a conocernos a nosotros mismos y a evitar determinados “sentimientos” negativos, que suelen afectar a nuestro día a día, a nuestra felicidad, y a todas aquellas personas de nuestro entorno.
Importancia de la psicología en las relaciones laborales y sociales
Al mismo tiempo, nos encontramos que la psicología es fundamental para mejorar y fortalecer tanto nuestras relaciones sociales como laborales. Al mismo tiempo, una fuente de inseguridad la conforma la nueva concepción del mundo laboral, que ha cambiado radicalmente.
En lugar de una rutina estable, de una carrera predecible, de la adhesión a una empresa a la que se era leal y que a cambio ofrecía un puesto de trabajo estable, los trabajadores se enfrentan ahora a un mercado laboral flexible, a empresas con periódicos e imprevisibles reajustes de plantilla, a exigencias de movilidad absolutas. Para lidiar con todas estas novedades, hay que fortalecer la mente y saber hacia dónde caminar.
Las consecuencias personales y sociales del trabajo en el nuevo capitalismo han sido magníficamente exploradas por el sociólogo y ensayista Richard Sennet en su obra “La corrosión del carácter”. “Los nuevos trabajadores somos más prósperos que los anteriores, pero nos encontramos mucho más sujetos a las consecuencias de la incertidumbre generadas por la elasticidad del mercado y la inseguridad en el puesto.
El signo más tangible de ese cambio podría ser el lema ‘nada a largo plazo’.” En el ámbito del trabajo, explica este profesor de la prestigiosa London School of Economics, la carrera tradicional que avanza paso a paso por los corredores de una o dos instituciones se está debilitando. Lo mismo ocurre con el despliegue de un solo juego de cualificaciones a lo largo de una vida de trabajo.