Cuando una madre coge por primera vez a su bebé recién nacido, inconscientemente empieza a mecerlo, le habla y le canturrea. Durante el embarazo, los biorritmos de la madre y del bebé (sueño y vigilia, fluctuaciones hormonales, ritmo respiratorio y cardiaco) estaban en sincronía, y el contacto con el recién nacido permite continuar con esta coordinación.
La sensibilidad de la piel al tacto es uno de los primeros sentidos que se desarrollan, y por eso las caricias y, ya con más método, el masaje infantil son buenas maneras de estimular positivamente al niño. Relajarse, aliviar cólicos del lactante, forjar un vínculo emocional de por vida o ayudar a estimular la circulación sanguínea son algunas de las aplicaciones que tiene el masaje infantil.
Cuando nace un bebé, casi siempre en un hospital, lo primero que se le hace es examinarlo, pesarlo y darle todos los cuidados básicos iniciales, a cargo de enfermeras y matronas. Pero en los últimos años está imponiéndose una corriente que defiende que el primer contacto del recién nacido sea con su madre, colocando al bebé en su pecho y dejándolo allí un poquito, aunque luego tenga que ser llevado al examen pertinente. Ese primer contacto es muy importante porque el bebé tiene ese recuerdo del interior de su madre y “reconstruye” su viaje al mundo exterior. Posteriormente, el contacto estrecho con su madre y su padre le ayudará en su desarrollo y su bienestar, tanto físico como psicológico.
El contacto físico y ocular del bebé con la madre y el poder oír los latidos de su corazón relajan al bebé, igual que un tono de voz suave y agudo. Un masaje tranquilo y relajado, sin presionar, pero con mano firme, puede darse a cualquier hora del día, tumbados a la sombra, en el sofá o sobre la cama, y, aunque no es garantía para el sueño o para evitar lloros nocturnos, sí que contribuye a estimular el sistema respiratorio, circulatorio, gastrointestinal e incluso neurológico, según aseguran los expertos. Eso explica que ayude, por ejemplo, a aliviar el cólico del lactante o los dolores de la dentición, así como a relajarle.
Para efectuar el masaje se puede usar aceites, y pueden hacerlo tanto el padre como la madre. Lo importante es que se tomen su tiempo y respeten cuando el propio bebé dé señales de que se cansa. En la tienda online Herbocosmetica.com cuentan con aceites naturales para la tripita del bebé que ayudan a aliviar los síntomas de cólicos en lactantes.
Se puede empezar el masaje por las piernas, desde el muslo hasta el pie y con ambas manos, y seguir con la planta de los pies y los deditos. La barriguita se puede masajear con movimientos como si se dibujara un sol, un número 7 o una U invertida. En la espalda, se puede ir desde la nuca hasta las nalgas, teniendo mucho cuidado con la columna, y desde la nuca hasta los hombros. Mientras se le da el masaje, los expertos recomiendan hablar o cantar al bebé para así transmitirle serenidad.