Las caries, los dolores de muelas, las infecciones de las encías, las malposiciones dentarias, etcétera, son problemas conocidos por prácticamente un 100% de los adultos y un elevado porcentaje de escolares.
Menos conocidas son, sin embargo, las repercusiones sociales de una mala salud bucal. Tanto las repercusiones económicas como el volumen de sufrimiento, individual y social causado por estos motivos son considerables.
Afortunadamente, también es importante la eficacia de las medidas preventivas existentes actualmente para mantener una buena salud dental. Ya hace años que diversos estudios clínicos pusieron de manifiesto los beneficios de la fluoración de las aguas públicas. Esta simple medida se evidenció eficaz para reducir las caries de la población entre un 15% y un 60%.
Los suplementos de flúor en forma de tabletas, enjuagues o en los dentífricos son también útiles; la aplicación profesional de flúor, directamente en los dientes, puede prevenir un 45 % de las caries.
La importancia de los hábitos alimenticios y el cepillado dental
Igualmente, los hábitos alimenticios son también importantes; reduciendo el uso de azúcares refinados, el cepillado dental después de las comidas, las revisiones periódicas por un profesional, etcétera, son acciones de comprobada utilidad para conservar sana la dentadura.
“Pero es necesario precisar que la efectividad de estas medidas preventivas no ha sido equiparable a su eficacia, ya que, a pesar de su demostrada bondad existen aún reticencias en muchas personas para ponerlas en práctica”, señalan los profesionales de la clínica dental en Mijas Ana Claros.
Basta mencionar, como ejemplo, la dificultad para convencer a los escolares o adolescentes de que mantengan una buena higiene dental diaria. Las caries son el resultado de la corrosión y destrucción del esmalte dentario a causa del ácido producido por las bacterias que habitan en la superficie y en las grietas de los dientes.
El crecimiento de estas bacterias se favorece por la existencia de las llamadas placas dentales, es decir, la acumulación de polisacáridos y glicoproteínas salivares que se adhieren a la superficie de los dientes y constituyen su hábitat ideal. Por otra parte, los azúcares refinados son el substrato que utilizan estas bacterias para producir ácido.
Así, pues, la lucha contra las caries requiere por una parte reducir la producción del ácido corrosivo disminuyendo el crecimiento bacteria no con una buena higiene dental, eliminando placas, tapando grietas y reduciendo la ingestión de azúcares refinados; y por otra parte requiere fortalecer el esmalte dentario con el uso de suplementos de flúor.
Tratamientos correctivos
Tradicionalmente, cuando se habla de enfermedades dentales es obligado calificarlas como las más frecuentes de cuantas padece el hombre y la mujer en la actualidad. La importancia de algunas de estas enfermedades, como la caries o los trastornos de las encías, viene determinada precisamente por esta característica, su distribución casi universal, más que por su propia gravedad.
Este hecho determina que, además de un problema sanitario, estas enfermedades tengan un importante componente social y económico. Un problema de salud que afecta a más de la mitad de la población es, sin duda, un tema preocupante y su solución excede las posibilidades de actuación individual, ya que requiere de esfuerzo coordinado de toda la comunidad.
Para algunas sociedades primitivas como los esquimales, la pérdida de los dientes suponía un problema de subsistencia. En la actualidad, los avances técnicos de la odontología han acotado el problema en términos no de su asistencia, sino de mejora de la calidad de vida. Tratamientos para blanquear los dientes, para alinear los dientes (Brackets o Invisalign principalmente) o las carillas son tal vez de lo más solicitado actualmente para mejorar la salud y estética dental.
En nuestra sociedad en donde los ideales de armonía estética constituyen uno de los valores dominantes, la presencia de unos dientes acordes con los patrones estéticos vigentes es un elemento de gran importancia, de ahí el crecimiento en los últimos años de tratamientos como el Invisalign.
Este cambio de actitud que nos lleva a valorar nuestros dientes, no ya por su carácter funcional, sino por sus valores estéticos, tiene ventajas; como una mayor motivación y un crecimiento de la autoestima.