En teoría, las dos enfermedades bucales más comunes, la caries dental y las enfermedades de las encías, pueden evitarse por medio de prácticas de higiene oral regulares y meticulosas que eliminen la placa bacteriana donde se hallan las bacterias que las producen.
No obstante, desde el punto de vista práctico, este objetivo ideal es difícil de cumplir, porque, especialmente en el caso de las caries, su prevención va necesariamente ligada al control de la dieta, mediante la limitación de la ingesta de alimentos que contengan azúcar, al refuerzo del esmalte del diente mediante el uso de flúor.
“En el caso de las enfermedades de las encías, podemos decir que el cepillado correcto de los dientes es el mejor sistema de prevenir su aparición, aunque muchas personas necesitan también limpiezas periódicas por el dentista para mantener unas encías sanas”, destacan desde la clínica dental Móstoles SociDent. Estas limpiezas se harán con una frecuencia que puede ser muy variable, de acuerdo con las necesidades de cada persona.
Un correcto cepillado de dientes no es suficiente para evitar la caries, pero es bastante efectivo en prevenir las enfermedades de las encías. Una de las razones que explica la limitada eficacia del cepillado dental en la prevención de la caries es lo difícil que resulta, para la mayoría de las personas, eliminar correctamente la placa bacteriana con ayuda del cepillo dental.
Un cepillado rutinario de dos minutos elimina solamente el 50% de la placa bacteriana, especialmente la de las superficies interna y externa de los dientes, pero entre diente y diente y en la zona de los dientes que tritura o corta los alimentos, esta eliminación es mucho menos efectiva. Es por esa razón que en estos lugares aparecen habitual mente las caries, de ahí también la necesidad de utilizar de manera diaria el hilo o seda dental.
De cualquier forma, que el cepillado de los dientes sea más o menos completo depende de varios factores, como la calidad y el diseño del cepillo, el método y la frecuencia del cepillado, el tipo de dentífrico utilizado y el interés de la persona en realizar una correcta higiene de la boca, sin olvidar las características en cuanto a la posición de los dientes (cuando están mal alineados son más difíciles de limpiar) ya la presencia de prótesis dentales (que si no están bien hechas favorecen la acumulación de las bacterias y hacen muy difícil su eliminación).
Pasta dentífrica y antisépticos bucales
Existe mucha confusión respecto al papel de las pastas de dientes en el mantenimiento de la salud bucal, muchas veces alimentada por la propaganda equívoca de las casas comerciales. De hecho, ninguna pasta de dientes es capaz de prevenir, y mucho menos de curar, las enfermedades de las encías.
Es cierto, sin embargo, que en algunos casos pueden disminuir el sangrado gingival, sin atacar la causa de la enfermedad. Esto sería similar al caso del paciente que padece una pulmonía y al que se administra aspirina para bajar la fiebre, sin que ello signifique que así se elimine la infección. En el caso de la prevención de las caries, por el contrario, la pasta de dientes es muy efectiva, pero no por el dentífrico en sí, sino por el flúor que lleva incorporado.
Por ello, hoy en día no se considera aceptable la comercialización de dentífricos que no contengan flúor. También se venden pastas dentífricas útiles para disminuir las sensibilidades dentarias y para controlar las tinciones por el tabaco, aunque estas últimas deben usarse con moderación, puesto que son relativamente abrasivas y a largo plazo pueden producir un cierto desgaste del diente.
Muchas personas gustan de utilizar líquidos bucales antisépticos para enjuagarse la boca. La inmensa mayoría de ellos actúan solamente proporcionando temporalmente un aliento fresco y un sabor agradable, pero no tienen efectos medicamentosos significativos, ni actúan como agentes eficaces contra la placa bacteriana. Los únicos preparados que son muy efectivos en evitar la formación de la placa son los que contienen clorhexidina a una concentración de 0.2%, pero no deben usarse de manera indiscriminada, sino sólo durante períodos cortos de tiempo y estrictamente bajo el control del odontólogo, aunque son productos que se venden sin receta en las farmacias.
Otros enjuagues que proporcionan un control moderado de placa, y que pueden usarse diariamente, son los que contienen derivados fenólicos o sanguinaria. Los colutorios bucales que contienen flúor son extremadamente útiles para la prevención de las caries y se aconseja usarlos diariamente o semanalmente, dependiendo de la concentración de flúor que contengan, especialmente por los niños, y por los adultos propensos a la caries dental.