Es evidente que el suelo está cada día más caro y los alquileres, escasos y por las nubes. Por eso las casas actuales asequibles suelen ser de pequeño tamaño. Si el salón, la pieza principal y común, es un lugar más reducido de lo que querríamos, hay que aceptarlo. Ante todo, los metros son los que hay, pero la decoración puede ayudar a no sentirse asfixiado y aprovechar mejor el espacio.
El uso de la mesa en el salón ¿necesaria?
Una idea esencial para conseguirlo es plantearse los propios usos y costumbres. Hay que invertir en lo útil y prescindir de muebles y actitudes del pasado. Por ejemplo, en muchas casas apenas se usa la mesa de comedor que sigue allí sólo para ocasiones señaladas; se come en la cocina o con una bandeja ante el televisor. En un salón pequeño deberíamos eliminarla o bien escoger un modelo plegable.
Otra situación es la del que trabaja en casa. En este caso, una buena solución podría ser la contraria: una mesa larga, que permita tener ordenador y papeles a un lado y comer en el otro. De cualquier modo, optar por las más simples y estrechas, de formas rectangulares.
Las redondas suelen ocupar más espacio y son poco prácticas para trabajar. Si el modo de vida consiste en llegar tarde y sentarse a cenar cualquier cosa ante la tele, hay en el mercado algunas mesas de centro que pueden adaptarse a la altura adecuada, bien con una parte móvil o bien con patas plegables.
Alfombras, no pueden faltar en tu salón
“Alfombra” es una palabra de origen árabe que designa un tejido utilizado para cubrir el suelo o una parte de él. Hoy, sin embargo, el concepto es mucho más amplio, y es que las alfombras actuales son algo más que eso.
En los cuentos leímos que una alfombra mágica es la que cobra vida y se hace voladora. Los personajes vuelan sobre ella y así llegan a tiempo de solucionar las injusticias. En el mundo cotidiano, las alfombras también son maravillosas, pero no exactamente como en la literatura. Porque, por lo visto, dedicarse a ellas es un trabajo propio de personas poco comunes, con tanto corazón como capacidad emprendedora.
Al adquirir una alfombra hay que pensar en la ubicación; si es para un lugar de paso es mejor que sea resistente. Si es para la zona de descanso, un tono claro da mayor sensación de amplitud, pero los oscuros disimulan mejor las manchas y proporcionan un ambiente más acogedor.
Las diferencias entre fibras naturales, vegetales o sintéticas se reflejan en el precio y la duración. Lo importante es que las alfombras, han pasado de ser un complemento discreto a tener un papel protagonista. Las alfombras Isfahán son claro ejemplo de ello. No son ni mágicas ni voladoras, pero resultan muy útiles para convertir una casa en un lugar mejor.
El color de las paredes, inclinarse por tonos claros
Los efectos pictóricos son un recurso importante. En contra de la creencia general, pintar la habitación de color blanco no la hará parecer más grande. La luz rebotará y la sensación puede ser incómoda. Lo mejor es optar por un tono claro y neutro, los piedras o los verdes son muy elegantes y combinan bien con la madera. Una sola pared de tono oscuro tiende a desaparecer y abre el espacio.
Cualquier color o textura que rompa la monotonía es aconsejable porque ordenará la vista, aunque si se usa papel pintado hay que hacerlo en una sola pared. Así se evitará un efecto abigarrado, pero puede ser de dibujos grandes sin problemas. También eliminar puertas al pasillo, la cocina o el recibidor extenderá el espacio y lo enriquecerá porque se verán otros ambientes.