A hablar de humedad, estamos hablando del agua, ese líquido precioso que combinado con los otros tres elementos (tierra, fuego y aire) son el origen de la vida y del universo que nos rodea. Si se mantiene en estado de equilibrio, el agua es un elemento beneficioso; cuando aquél se rompe, sus efectos son negativos y a veces catastróficos, como bien sabemos. El agua forma parte de nosotros y de nuestra vida, la tocamos, la bebemos, la respiramos y también eliminamos la que sobra de nuestro organismo.
Los edificios forman también un pequeño mundo dentro del universo, igual que el cuerpo humano, y como éste, también tocan, absorben, respiran y evaporan agua. Cuando un edificio mantiene el equilibrio entre las estructuras que lo componen y el agua que las afecta, reúne las condiciones óptimas de habitabilidad y uso. “Si se rompe el equilibrio por saturación de agua, es cuando se deteriora, se convierte en insalubre y aparecen las humedades”, señalan desde Acuasec, empresa de humedades en Coruña.
Todos conocemos los efectos de las humedades, porque éstos generalmente son aparentes, pero en cambio, localizar su origen y sus causas a veces es tarea ardua y difícil, porque el agua es, tal vez, de los elementos el más caprichoso. Se requiere pues la participación de un técnico experto en la materia, que, tras un estudio en profundidad de las humedades, haga un diagnóstico en el cual se localice el origen, se analicen las causas y los efectos, y se determine la solución más adecuada para cada caso.
Las humedades pueden ser generales, puntuales; constantes o intermitentes, su causa es siempre el agua, sus efectos son siempre negativos y sus remedios o soluciones no siempre son fáciles de resolver. Las tipologías con que se manifiestan las humedades en los edificios se dividen en tres grupos.
Humedad de capilaridad ascendente
Aparecen en superficie en las zonas bajas de los muros, porque éstos absorben el agua del terreno a través de los cimientos del edificio.
Las causas que las provocan serán de tipo constante y general, si provienen de las aguas subterráneas que forman el nivel freático del suelo; serán generales e intermitentes, si la absorción la originan las aguas subterráneas de escorrentía por efecto de la lluvia; la tercera causa se manifiesta de forma puntual cuando se produce una filtración accidental por rotura de una conducción subterránea de agua.
Los efectos de las humedades ascendentes de capilaridad se dividen a su vez en dos tipos, a corto y a largo plazo. A corto plazo estas humedades se manifiestan con la aparición de manchas en los muros, sensación de humedad ambiental en los locales, aparición de manchas negras de hongos microscópicos y degradación de los acabados decorativos de las paredes (pintura y papeles pintados).
A largo plazo los efectos represen tan un deterioro más grave en las paredes; aparece el salitre, se degradan y desconchan los enyesados y revocos y, si es en invierno, el frío hiela el agua del interior del muro y produce las alteraciones de los materiales de este, llegando a provoca con el tiempo fisuras y grietas.
Solucionar humedades por capilaridad ascendente
Las soluciones de las humedades de capilaridad pasan siempre por eliminar las causas que las aprovechan ya sea desviando las aguas subterráneas, cortándoles el paso a través del muro para que no pueda ascender o si es accidental, reparando la avería. Solucionadas las causas se tendrán que eliminar los efectos, dejando secar el muro y reparándolo después.
Es importante advertir, que revestir los muros con revocos antihumedad o aplacados impermeables sin haber eliminado antes las humedades, puede resultar contraproducente, ya que éstas al no poder evaporarse y sentirse aprisionadas, subirán más arriba y aparecerán de nuevo por encima del nivel impermeabilizado, agravando el problema.
Humedad por filtración
El siguiente tipo de humedad son las de filtración. Estas humedades son las producidas por lesiones en las estructuras de los edificios, por degradación de sus materiales y de sus instalaciones. Aparecen de forma puntual generalmente en el interior y el exterior de las estructuras.
Sus causas son de tipo directo o indirecto según procedan de la penetración del agua de lluvia a través de las degradaciones patológicas del edificio (porosidad y grietas en paredes, y deterioro de las cubiertas) o por la absorción de agua por parte de las estructuras y materiales, a causa de averías en las instalaciones del edificio.
Solucionar humedades por filtración
Los efectos que provocan las humedades de filtración son similares a los de capilaridad, y las soluciones pasan generalmente por reparar las causas que los han provocado.
Es importante efectuar tratamientos o técnicas de prevención contra las humedades, como, por ejemplo, sectorizar las instalaciones, proteger el edificio con productos hidrofugantes o bien mediante una cámara bufa (técnica en la cual se crea una cavidad en la parte baja del muro donde se produce la humedad por filtración).
Humedad por condensación
El tercer y último grupo en que se dividen las tipologías de las humedades es el que se define como humedades de condensación. La humedad de condensación no es otra cosa que la concentración de vapor de agua en los ambientes cerrados o mal ventilados.
Es la más imperceptible de las humedades y tienen como origen las causas que se describen a continuación: Vapor de agua proveniente de humedades residuales de capilaridad o filtración; vapor de agua proveniente de los cuartos húmedos de una vivienda (baños y cocina); vapor de agua desprendido por el cuerpo humano mediante la transpiración (sobre todo, en las horas nocturnas); ventilación insuficiente de los locales; aislamiento térmico inexistente o deficiente de los edificios, etc.
Como se puede ver las causas de estas humedades son prolijas, al igual que sus efectos que mencionamos a continuación; Creación de una atmósfera insalubre en el interior de los locales; aparición de hongos microscópicos en los puntos de mayor concentración de vapor de agua y menor aireación; aparición de manchas en paredes y techos por el efecto denominado puente térmico; olor desagradable de enmohecimiento, etc.
Solucionar humedades por condensación
La solución a este tipo de humedades se consigue a base de una buena ventilación de los locales o mediante el aislamiento térmico de los mismos. Junto con la ventilación, una buena climatización (no húmeda) del ambiente, también nos solucionará el problema.
Finalmente, hay que añadir que al igual que es importante el diagnóstico, también lo es la elección de los remedios y la aplicación de estos. Hoy día existen en el mercado productos y técnicas que dan óptimo resultado, si bien hemos de tener en cuenta que debe existir compatibilidad físico-química entre aquéllos y los materiales donde van a ser aplicados.
Pero por supuesto, siempre lo mejor es contactar con una empresa especialista, como en el caso de la empresa Acuasec que con más de 20 años de experiencia pueden poner fin a todo tipo de humedades en viviendas y construcciones.