El entretenimiento pasa indudablemente por Internet. Basta decir que, junto a las películas, las series se han convertido en el producto estrella del ocio y del entretenimiento. No son las redes sociales ni los videojuegos los que congregan a millones de usuarios cada día frente a una pantalla.
Son las series y las películas las que lideran el podio del entretenimiento, más ahora que los seres humanos tenemos que pasar una ingente cantidad de horas encerrados en nuestros domicilios como consecuencia de la actual pandemia mundial del coronavirus.
Películas de pequeño formato
Mención especial se merecen aquellas películas de pequeño formato, que están destinadas precisamente a tener su difusión vía Internet y carecen de ese ritual de ir al cine a ver una película; Desplazarse a la sala de cine, comprar una entrada, sentarse en la sala, quedarse a oscuras y ver en una pantalla cómo se desarrolla una historia maravillosa.
Año tras año, hemos adquirido nuevos rituales frente a nuestro televisor. La creación de plataformas de pago como Amazon Prime Video, Movistar+, Netflix o HBO han cambiado nuestra forma de consumir series y películas. De esto nadie tiene hoy duda. Las plataformas de pago son las estrellas, y por consecuencia, las salas de cine han visto mermados sus ingresos y su afluencia de público.
2006, el nacimiento definitivo del consumo audiovisual en Internet
Hay que remontarse al año 2006 para ver el nacimiento definitivo a otra forma de ver, y de consumir, información, series y películas online. En el 2006 eclosionaros las virtudes y defectos de lo que se llamó el Internet 2.0, o sea, una serie de evoluciones tecnológicas del Internet que permiten los usos sociales de la red, por poner dos ejemplos: la blogosfera o el video-sharing, lo de compartir vídeos que gente cuelga en webs.
Nuestra forma de producir y consumir series y películas multiplica y evoluciona a golpe de avance tecnológico año tras años. La pantalla del ordenador y de nuestros móviles han protagonizado en los últimos tiempos un asalto a la pantalla del televisor que hoy nadie pone en duda. Plataformas como YouTube, HBO o Netflix demuestran este hecho histórico.
Es precisamente en el año 2006 cuando la revista Time en uno de sus rankings señaló como invento del año a YouTube, esta plataforma donde se nos permite subir, ver y compartir vídeos. Ni que decir del avance de esta plataforma hasta este año 2020, donde tenemos hoy en día una nueva profesión; Youtubers (creadores de contenido).
YouTube en poco tiempo se convirtió en el ciberfenómeno, y su éxito se puede medir no ya por los millones de visitas diarias que tiene hoy en día, sino más bien en función de las réplicas que ha provocado el seísmo YouTube.
A rebufo de YouTube, surgieron réplicas, que intentaban imitar a la plataforma de Google. Hoy, en pleno 2020, las distintas plataformas ya están bastante consolidadas. Ni que decir del éxito de Twitch, que está ganando terreno a YouTube entre los gamers.
Por echar una mirada hacia atrás, cabe destacar a Microsoft. Esta compañía intentó contar con su propia plataforma de visionado de vídeos (Myspace vídeo) y un extraño canal por cable (MynetworkTV). Por su parte, la CNN impulsó CNN Exchange, lo que se conoció como el YouTube de las noticias.
Resumiendo, la idea 2006 es que internet asalta la televisión y la pantalla del ordenador de aquel momento. Se perfila como “La” pantalla para nutrirse de contenidos televisivos. Lo de siempre, pues. De nuevo el tópico ese de la tele del futuro.