El skateboarding nació a finales de los años cincuenta en California, inventado por los surfers que querían aplicar en tierra firme las técnicas que practicaban en el mar. El skate es una tabla construida a partir de varias capas de madera, en el reverso de la cual se montan dos ejes con dos ruedas cada uno.
En los orígenes de este deporte, los skaters construían sus propios monopatines a partir de trozos de tabla lisa, sin elevaciones; más adelante las tablas se harían en forma rectangular, con los lados más pequeños y redondeados para poder practicar diversas figuras. El skateboarding empezó su andadura en la península a finales de los años setenta, con aquellos monopatines de plástico que corrían tan poco; pero no fue hasta los noventa cuando se produjo el despegue definitivo.
[columns size=”1/2″ last=”false”]Todos los skaters son autodidactas; la teoría se aprende mirando y el éxito se logra practicando, saltando y, por qué no decirlo, cayendo. La práctica es el único secreto de este deporte.[/columns]
El conjunto de figuras y saltos que se pueden realizar con un skate es casi infinito, ya que cada skater tiene su técnica y su estilo. La originalidad y variedad de estas técnicas dependen de la habilidad y el tiempo empleado en perfeccionarlas.
Una filosofía de vida
El skateboard, aparte de un deporte, es una forma de vida. La edad en que los skaters suelen iniciarse va de los 7 a los 10 años, y la mejor escuela que pueden encontrar son los parques o las plazas. Los skaters, una vez conocen al dedillo las virtudes de la tabla y dominan la técnica por completo, se especializan según sus habilidades y su forma de adaptarse al medio.
Los que se desenvuelven con más soltura por las calles son los streeters; a los que prefieren las rampas estáticas se les llama “ramperos”, y a los que disfrutan con el riesgo y las figuras complicadas thrashers. Los puntos de reunión más populares entre los skaters son los parques que disponen de instalaciones adecuadas.
En ellos, los ayuntamientos han instalado rampas de cemento, las llamadas half pipe, que se asemejan a una gran ola por la que los skaters suben y bajan, así como el cupping (el tubo que une las dos rampas) sobre el que bailan. La bañera, o bol, es una hondura recubierta de cemento que sirve para saltar y “grindar”, acción que consiste en deslizarse por el extremo de la bañera con los ejes del skate como soporte.
Desde hace unos años también se han impuesto los skate parks, espacios cubiertos donde se instalan rampas y bañeras para poder practicar a ritmo de música hardcore y hip-hop –las preferidas por los skaters– tanto de día como de noche. En los skate parks también se realizan campeonatos, por lo que las rampas suelen ser de mayor altura y calidad que las que instalan los ayuntamientos en plazas o parques públicos.
Como en todos los deportes, existe un circuito internacional de competición para skaters –totalmente profesional y dominado por americanos y alemanes– que los fabricantes de material especializado utilizan para promocionar sus productos y en el que se mueven fuertes sumas de dinero. Sin embargo, el skateboard es un deporte que cualquiera puede practicar como aficionado; además, tiene la ventaja de que el dinero que se debe invertir para iniciarse no es mucho.